Historia del Noni

sábado, 5 de junio de 2010


2000 AÑOS DE HISTORIA

Originaria de la India, la fruta Morinda Citrifolia (o fruta Noni) se abrió camino hasta las islas de la Polinesia francesa como carga preciosa de sus canoas con batanga.Durante innumerables generaciones, los pueblos del sur del Pacífico y del sudeste del Asia utilizaban esta sorprendente fruta por sus propiedades nutrimentales, habiendo dejado un registro cuidadoso de su modo de empleo.

Fue a comienzos del siglo XX cuando el mundo occidental supo del noni. En 1953 un joven científico llamado Ralph Heinicke inició su indagación para descubrir los secretos de la planta Morinda citrifolia. Hasta la fecha ha dedicado 50 años de su vida a este estudio.

A principios de los años noventa, dos científicos de la alimentación, John Wadsworth y Stephen Story, conocieron la fruta noni y quedaron cautivados por su extraordinaria historia.

Con la ayuda del Dr. Heinicke, su trabajo e investigación culminaron con el desarrollo del Jugo de Noni TAHITIAN NONI® y la creación de Morinda Inc. en Junio de 1996, el momento perfecto y la vía perfecta para llevar este secreto de 2000 años a la vanguardia en la industria de la nutrición.

Hoy en día, el Jugo de Noni TAHITIAN NONI® es conocido por todo el mundo y está siendo utilizado por personas de más de 70 países.

LA FUENTE IDEAL

A diferencia de todas las demás, la planta Morinda citrifolia que crece en la tierra virgen de Tahiti es la mejor y más fecunda del mundo. Su clima único, sus tierras prístinas y su medio ambiente virtualmente incontaminado hacen de Tahiti el único lugar perfecto del planeta para cultivar el Noni, tal como lo han sido durante 2000 años.

LA PLANTA NONI

Con un tamaño que varía desde un pequeño arbusto hasta un árbol de más de seis metros, el Noni es una planta siempre verde de corteza pálida y lisa, con hojas opuestas y anchamente elípticas que alcanzan de 15 a 25 centímetros de largo.

El fruto del Noni es casi esférico, de color verdoso, que logra un diámetro entre dos y algo más de tres centímetros, con la superficie cubierta de pequeñas protuberancias.

Los usos curativos del Noni forman parte de la cultura tradicional de varias naciones de Asia y Oceanía, las que emplearon todas las partes de la planta, incluidas sus raíces.

La composición química del fruto del Noni evidencia 52% de agua y entre 4 y 6% de proteínas en las hojas jóvenes, que son consumidas frescas en algunas islas de la Polinesia, aunque estos cálculos pueden variar en dependencia de las características del suelo, el régimen de precipitaciones y los efectos del ambiente.

De los compuestos del Noni, existen estudios que demuestran los beneficios para la salud humana, entre ellos varios terpenos que participan en procesos de regeneración celular al facilitar el intercambio entre nutrientes y toxinas.

Entre los componentes existentes en el Noni resaltan la presencia de sustancias como norepinefrina, xeronina y damnacanthal. La norepinefrina es un derivado de la adrenalina que estimula el sistema nervioso simpático; la xeronina es un alcaloide que actúa sobre el núcleo de la célula, lo que proporciona a las personas mayor energía física y mental; y el damnacanthal es efectivo en algunos tipos de cánceres.

Pese a la capacidad limitada del organismo humano para producirla, la xeronina es fisiológicamente muy activa en el funcionamiento de las células, pero sus niveles descienden con la edad, el estrés, las dietas deficientes y el estado de salud.

Lo que si está claro es que, de acuerdo con estudios realizados por diversas instituciones internacionales, el Noni se considera apto para el consumo humano como fruto, seguro y beneficioso.

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